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Ramón Marcos

Ante todo, soy un ser humano concienciado y decidido a crear una sociedad más equitativa, justa y libre y, después, un artista multidisciplinar independiente; el arte y el movimiento forman parte de la parte más íntima y a la vez más exterior de mí desde que empecé a dar mis primeros pasos y del poder transformador del arte para crear las realidades en las que queremos vivir.

Odio pocas cosas, pero una de ellas son las etiquetas, esas que a veces hacen que nos debamos vender a un precio determinado o que nos consideren por encima de personas objetos con los que poder favorecer una sociedad consumista. Si tuviese que elegir en este momento una imagen que describiese lo que soy, sería un pájaro que ha alzado el vuelo después de anidar durante mucho tiempo y que, en esta travesía de viaje llamado vida, busco poder volar libre  y crear bases para que cualquier pájaro pueda tener el espacio para sentirse en comunidad.

Mi historia

Nací en Albacete (España) con un huracán interior que era a veces muy difícil de controlar, aunque siempre me encantó la sensación de mover mi cuerpo sin límites y tuve una atracción especial por ver la vida con unos prismáticos que sólo el arte podía dibujar,  pero sin duda la danza me hacía sentirme totalmente libre y vivo. Comencé en la escuela de mi barrio mis primeros pasos académicos entre castañuelas y zapateados, posiciones de danza clásica y coreografías modernas a adorar este arte. A los doce años, entré en el Conservatorio Profesional de Danza de Albacete donde degusté -a veces los sinsabores- de la danza clásica y a los dieciocho años me mudé a Madrid para estudiar "Pedagogía de las Artes Visuales y la Danza" en la Universidad Rey Juan Carlos, bailando paralelamente en el Ballet de Cámara de Madrid desde 2010 hasta 2014 donde comprendí que, aunque la danza clásica no era la especialidad idónea para mí, cualquier metodología de danza impartida con respeto, amor y sabiduría aporta valores humanos y artísticos a cualquier ser humano. En 2014, mi realidad se transformó gracias al primer contacto que tuve con la danza inclusiva: el proyecto educativo en el centro de Educación Especial Joan Miró donde me re-enamoré de la danza, en un periodo especialmente particular en el que me preguntaba constantemente si el camino que había elegido y perseguido era realmente el correcto y, sin esperarlo,  la respuesta llegó: si quería ser feliz y amar la danza, el camino era uno muy distinto.

 

Decidí entonces continuar mi viaje, buscando nuevos lenguajes y metodologías de danza desconocidas para mí como la danza contemporánea y jazz, el teatro y di mis primeros pasos como docente, compaginado con mis estudios de Máster "Atención a la diversidad y apoyo educativo" en la Universidad de Alcalá de Henares, en parte debido a mi absoluta necesidad desde niño de conocer y descubrir todo aquello desconocido y, por supuesto, para conocer aspectos específicos sobre la diversidad funcional de los que carecía. En mayo de 2015 fui seleccionado para ingresar a la compañía profesional inclusiva FRITSCH COMPANY de la Fundación Maite León Psico Ballet (FPBML) como bailarín del espectáculo “Mesa para Tr3s” sin saber todas las aventuras que viviría en esta institución. A partir de septiembre comencé a trabajar como docente especializado en danza inclusiva tanto para  las/os alumna/os de esta institución como en proyectos externos, impartiendo talleres en instituciones culturales de referencia en toda España además de seguir trabajando como intérprete en FRITSCH COMPANY en giras nacionales e internacionales.

 

En 2016 sufrí una crisis existencial personal de la cual pude salir de nuevo a la luz gracias a la creación de "BÚNKER" junto a mi amigo y compañero Adrián López, en la que quisimos rompernos y desnudarnos a través de la danza y reflejar la opresión personal y social que sufríamos; no imaginábamos que este proceso tan sanador, nos llevaría a participar en el IV Concurso Internacional de Danza Contemporánea Beta Publica y a volver a estrenar nuestra obra en una institución cultural referente a nivel nacional, el Centro Dramático Nacional en 2019. Consecuencia también de esta crisis, decidí mudarme a París con el fin de descubrir nuevos universos personales y artísticos, después de matricularme en el programa de Doctorado en Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, ciudad que desde niño había sonado en las historias de mis familiares que tuvieron que atravesar fronteras para buscar aquello que la guerra les había robado.

París, que no siempre vale una misa, me enseñó a curarme las heridas y a mutar constantemente a nivel profesional, trabajando en proyectos tan heterogéneos como interesantes: danza contemporánea como intérprete y coreógrafo en compañías como ALL MOOV, espectáculos de comedia musical -algo que jamás hubiese imaginado- en Disneyland París como "Mickey and the Magician" e incluso en televisión en rodajes de series; siempre sin perder de vista aquello que me hizo re-enamorarme de mi profesión: el buscar ese lenguaje universal artístico y gracias al proyecto Erasmus + SHIFT con Northern Ballet (Reino Unido) y Misiconi Dance Company (Países Bajos), pude tener una visión internacional en el campo de la danza inclusiva.

 

En 2020, el mundo parece detenerse y decidí centrar toda mi energía en terminar mi investigación doctoral, la cual me sirvió de refugio para seguir imaginando un futuro donde poder continuar aprendiendo, disfrutando y construyendo a través de la danza nuevos valores para una sociedad que sin duda, la horrible pandemia nos hizo ver que era mas necesarios que nunca.  De nuevo la vida da sorpresas y felicidad y tras la lectura en noviembre de ese año, obtuve la calificación Sobresaliente Laude y aproveché las oportunidades de la virtualidad-y por qué no decirlo, disfrutar de más tiempo libre- para conocer y descubrir qué ocurría lejos de Europa, porque el mundo es demasiado grande para centrarnos únicamente en lo que tenemos cerca, asistiendo a diferentes programas de formación y seminarios relacionados con el arte y la diversidad como el seminario “De la incursión a la interpelación: escena, discapacidad y política” organizado por el British Council y Teatro UNAM (México) o el diplomado “Pensamiento estratégico para la gestión e incidencia de la danza en la sociedad actual” de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (Colombia).

En 2021, decidí cerrar los ojos, respirar profundamente y lanzarme a volar sin miedo,  porque sentí que era el momento de volver a mutar y convertirme en aquello que siempre quise ser; aprender a volar por mí mismo y construir un camino de manera totalmente independiente, con y personas e instituciones que respeten mis valores humanos y artístico... Qué alegría poder conocer y ver que hay muchos pájaros en este maravilloso cielo y qué afortunado soy de haber sido invitado como ponente a nivel nacional y compartir un trocito de mí en actos tan referentes a nivel nacional como las XIII Jornadas de Inclusión Social y Educación de las Artes Escénicas y la Música con mi comunicación “Deconstruyendo el capacitismo en la danza” (Bilbao, 2021) e internacional en el IV encuentro de creación en artes escénicas ENCAE “Comunidad y danza: reflexiones desde la historia conceptual” (Colombia).

 

Sin duda, 2022 ha sido el año donde este vuelo se ha reafirmado, y qué honor haber podido ser consciente de la importancia de enviar un mensaje de amor en Moscú gracias a mi creación "Alma mía" en el Festival ProTeatre en medio de un conflicto bélico y la vida enseñarme la importancia de estar en el momento preciso, el momento presente y aprender a respirar y fluir con amor... Haber descubierto las maravillas de aquellas ciudades no tan aclamadas con otra creación con "Caminos" donde pude aprender las maravillas de una ciudad como Soria y la importancia de la soledad y la reflexión en los proyectos creativos y por supuesto, ver que mi sueño se cumplía en mi ciudad natal gracias a este maravilloso proyecto que si bien me ha enseñado a sanarme las alas, me ha enseñado a reafirmarme y seguir volando en un cielo infinito.

Por el momento, esto es lo que soy para bien y para mal. He tenido que aprender a luchar con mis ángeles y a dormir con mis demonios, a no dejarme llevar por aquello que debería ser o aquello que -algo que nadie ha decidido- espera de mí y ante todo, he tenido que descomponerme en numerosas ocasiones para aprender que en esta vida no podré ser feliz si no vuelo en dirección a mis sueños. Por eso, si has llegado hasta aquí, quiero darte las gracias por tu interés y espero que la vida pueda cruzar nuestros caminos.

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